Hola, soy Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, también conocida como Frida Kahlo. Nací en 1907 en Coyoacan, México. Soy la tercera de cuatro hermanas, las primeras fueron enviadas a un internado ya que no compartíamos la misma madre.
A los 6 años de edad contraje la polio, quedándome la pierna derecha atrofiada, los niños me decían «Frida Kahlo pata de palo». Pero el motivo fue otro, espina bífida, mi padre me ayudaba con la enfermedad haciendo ejercicios conmigo como natación y boxeo.
Ya adolescente, soñaba con ser médico especializándome en Anatomía. Estudié en la escuela nacional, allí conocí a los cachuchas de ideas socialistas y nacionalistas, entre ellos Alejandro. Fuimos amigos y tiempo después me enamoré de él.
Tenía el alma inquieta, me sentía libre y apasionada no como las demás. En 1922, conocí a Diego Rivera «el gran pintor» e iba todos los días a verle trabajar.
En 1925, sufrí mi primer accidente, en el que un autobús me tumbó al suelo. No fue muy fuerte, sin embargo causó maltrato a todos, a mi me pasó el pasamanos como si fuera una espada la gente pensaba que no viviría.
Al cabo de un año, estaba en cama recuperándome. Mis padres me hicieron un refugio con un caballete y un espejo en el techo para que pudiera seguir pintando. La enfermedad me llevó a una profunda decepción y tristeza.
El tiempo lo cura casi todo y yo fui recuperando la pasión por las cosas, me enamoré de diego Rivera viviendo durante un tiempo una vida apasionada, pero dolorosa. En 1930, me trasladé a Estados Unidos porque a Diego le encargaron un gran trabajo y conocí a nueva gente y me quedé embarazada de nuevo, decidí retomar la pintura, ya que tenía que estar mucho tiempo en reposo.
Al final, el 4 de Julio tuve mi segundo aborto, por esto empecé a dibujar, pintar y garabatear mi dolor.
El 15 de Septiembre falleció mi madre por cáncer de mama, de vuelta a Estados Unidos comencé a pintar basándome en los exvotos (una pintura que expresa el dolor de la gente).
Mi segundo accidente: yo sufrí dos accidente graves en mi vida, uno en el que un autobús me tumbó al suelo y el otro fue enamorarme de Diego Rivera. Tras la vuelta a México me amputaron los cinco dedos del pie, y Diego me engañó con mi hermana Cristina.
La siguiente etapa de mi vida estuvo marcada por una intensa vida llena de amantes de de ambos sexos.
En 1953, realicé en México mi primera exposición individual, a pesar de que estaba muy grave, incluso, me amputaron una pierna, pero “pies para que os quiero si tengo alas para volar”.
El 6 de Julio celebré mi cumpleaños cantando y riendo días después fallecí, en 1954.
Marina F.