Caperucita en Manhattan es una novela social escrita en el año 1990 por Carmen Martín Gaite. Esta escritora española es una de las figuras más importantes de las letras hispanas del siglo XXI. Recibió entre otros el premio “Príncipe De Asturias”.
El libro narra la vida de Sara, una niña de 10 años muy lista a la que le encanta la fantasía. Vive con sus padres en Manhattan, un barrio de Nueva York que está cerca de la Estatua de la Libertad. Le gusta pasar tiempo con su abuela, quien le cuenta historias de cuando era joven. Sara siempre había querido ir a vivir con ella, pero nunca se había atrevido a decírselo a sus padres. La madre de Sara piensa que su hija es rara ya que siempre hacía preguntas y repetía palabras inventadas, pero en realidad, Sara solo estava jugando (como hacía con su abuela).
Un día Sara conoce a Miss Lunatic, una señora del mismo barrio que Sara que asegura haber llegado a Manhattan al mismo tiempo que la Estatua de la Libertad. Es una mujer peculiar, ya que no le importa el dinero ni tener una casa para vivir; pero a Sara le llama la atención su forma de ser. Esto hace que simpaticen y ejecuten diferentes acciones peculiares.
Una de las cosas más llamativas del libro es la tenacidad de Sara, ya que desde el comienzo tiene un pensamiento inicial y no lo cambia, a pesar de que sus padres no la entiendan y quieran cambiarla.
Aunque cabe remarcar que al principio es demasiado descriptivo, sobre todo en la presentación de los personajes. Esto hace que, en las primeras páginas, la historia no se desarrolle con rapidez; en cambio esta situación varia en el momento que Sara conoce a Miss Lunatic y empieza el misterio.
Julia Santonja, 2º ESO
Durante el segundo trimestre, desde el Área de Educación Plástica, Visual y Audiovisual hemos llevado a cabo una propuesta creativa en la que hemos elaborado y diseñado máscaras. Hemos analizado y tomando como referencia tanto las máscaras africanas como las máscaras que realiza el escultor Kimmy Cantrell. Este artista norteamericano vuelve a sus orígenes para mostrar la belleza de la imperfección que es, en sus propias palabras, “mucho más persuasiva que la perfección”. Aunque él trabaja con materiales propios de la escultura como el barro y el metal, nosotros hemos confeccionado las máscaras superponiendo planchas de cartón coloreadas con tonos pastel y en algunos casos trabajando la textura y perfilando la forma con rotuladores.
