Todavía hay colegio, pero para mí, mañana empiezan mis vacaciones porque me voy a Amsterdam, porque es donde vive mi tío Mariano, el hermano de mi padre. Mis abuelos, los padres de mí padre, como son Argentinos vienen a visitarnos una vez al año, y este año hemos decido reunirnos en Amsterdam.
Amsterdam es la capital de Holanda, es una ciudad distinta a todas las que he conocido porque tiene muchísimos canales y puentes. El idioma oficial es holandés imposible de entender, por eso intentábamos comunicarnos en inglés.
Una de las cosas que más me llamo la atención fue que en los canales hay casas flotantes donde vive la gente con normalidad. La ciudad está llena de bicicletas, y las madres llevan unas bicis especiales que llevan en la parte delantera una especie de cajón grande de madera o hierro que es donde llevan a los niños pequeños que no saben ir en bici. Todo el mundo va en bici, adultos, abuelos, todo el mundo, y como dice el dicho “allá donde fueres haz lo que vieres”, así que toda la familia nos alquilamos unas bicis, una de ellas con cajón incluido para llevar a mis hermanos y nos recorrimos toda la ciudad como si fuéramos holandeses.
Uno de los símbolos de Holanda son los molinos de agua y viento. Otro de ellos son los tulipanes y el otro son los zuecos de madera.
Tuvimos la mala suerte de que lloviera todos los días y es que estábamos en verano. Otra cosa que nunca había visto era que se hiciese de noche a las 23:00 y amanecía a las cinco de la mañana.
Hicimos un recorrido por el centro de histórico de Amsterdam y vimos la Estación Central, la Iglesia de San Nicolás, la Plaza Dam, el Palacio Real y la Iglesia Nueva. También pasamos por el museo Rembramdt, por el Van Gogh y el museo Nemo, que es el de las ciencias. También pasamos por delante de la Casa de Ana Frank pero no pudimos entrar porque todos los días había mucha cola.
Ana Frank era una niña judía que se ocultó de la persecución nazi con su familia y siete personas más en el desván del edificio. La entrada estaba oculta por una estantería falsa. Estuvieron escondidos durante dos años en el ático de menos de 50 metros.
El fin de semana nos fuimos a Colonia, que es una ciudad Alemana por eso en alemán se dice KÖLN. Al salir de la estación nos encontramos de frente con la catedral, que es impresionante, es de estilo gótico, mide 157 metros de altura y tardaron más de 600 años en construirla.
En Colonia alquilamos bicis e hicimos una ruta de más de 10 km por el cauce del río Rin. Me encantó el recorrido por el carril bici rodeada de vegetación.
Alquilamos un apartamento para pasar el fin de semana todos juntos. En una habitación dormían mis abuelos, en otra María y Jose, en otra mi tío Mariano y mi hermano mayor Alejandro. En la habitación de mis padres había una cama de matrimonio y un altillo con un colchón enorme para que durmiésemos mis hermanos y yo.
El domingo por la mañana amaneció lloviendo y decidimos ir al zoo. El zoológico de Colonia era muy bonito porque había mucha vegetación y los animales parecía que estuviesen libres debido a que el espacio que tenían era muy amplio y estaba cercado de forma natural. Me encantaron los osos, parecían de peluche.
Sol T. alumna de 4º de E.P